Verifica tu termohigrómetro con esta guía práctica.

Los termohigrómetros son instrumentos esenciales para controlar la temperatura y la humedad relativa en laboratorios, bodegas, oficinas o áreas de producción. Con el tiempo, sus sensores pueden presentar ligeras desviaciones que afectan la precisión de las mediciones.

Por eso, además de la calibración anual, es recomendable realizar una verificación de rutina que te permita confirmar que el equipo sigue funcionando correctamente y registrar su desempeño a lo largo del tiempo.


¿Qué es una verificación de rutina?

La verificación de rutina es un procedimiento simple que permite comprobar si el termohigrómetro mantiene un desempeño estable al compararlo con un equipo de referencia confiable.

No reemplaza una calibración trazable, pero ayuda a mantener el control metrológico del instrumento y a detectar desviaciones antes de que afecten los registros o procesos.


Materiales necesarios

Para realizar esta verificación necesitas:

  • El termohigrómetro que vas a verificar.
  • Un termohigrómetro o termómetro/higrómetro de referencia confiable (preferiblemente calibrado o nuevo).
  • Un ambiente estable, sin corrientes de aire ni exposición solar directa.
  • Un cronómetro o reloj.
  • Una hoja o formato de registro para anotar los datos.

Paso a paso para verificar un termohigrómetro

1. Selecciona el lugar de prueba

Escoge un espacio cerrado donde las condiciones ambientales sean estables, como una oficina o laboratorio. Evita hacerlo cerca de puertas, ventanas o ventiladores.

2. Coloca los equipos

Ubica el termohigrómetro a verificar junto al equipo de referencia, a la misma altura y separados solo unos pocos centímetros, para que ambos midan las mismas condiciones de temperatura y humedad.

3. Deja estabilizar

Permite que los equipos reposen entre 30 y 60 minutos sin moverlos ni manipularlos.
Esto garantizará que las lecturas se estabilicen con el ambiente.

4. Registra las lecturas

Anota las lecturas de temperatura y humedad de ambos instrumentos y calcula la diferencia.

Ejemplo:

ParámetroEquipo verificadoEquipo de referenciaDiferencia
Temperatura (°C)23.824.0-0.2
Humedad relativa (%)48.249.0-0.8

5. Evalúa los resultados

Compara las diferencias con los límites de aceptación definidos por tu empresa o procedimiento interno.
Por ejemplo:

  • ±1 °C para temperatura
  • ±3 % RH para humedad relativa

Si los valores están dentro de ese rango, el equipo se considera verificado y en condiciones adecuadas.
Si la diferencia es mayor, es recomendable enviar el equipo a calibración profesional.

6. Registra y conserva los datos

Guarda los resultados de la verificación: fecha, hora, responsable, equipos utilizados y observaciones.
Mantener estos registros te permitirá llevar trazabilidad metrológica y detectar posibles desviaciones con el tiempo.


La importancia de la calibración profesional

Aunque la verificación de rutina es una excelente práctica de control, solo la calibración profesional garantiza la exactitud y trazabilidad de las mediciones.
Una calibración realizada por una empresa especializada permite:

  • Comparar las mediciones del termohigrómetro con patrones trazables a laboratorios acreditados.
  • Emitir un certificado de calibración que respalde los resultados ante auditorías o entes regulatorios.
  • Detectar y corregir desviaciones con precisión técnica.
  • Mantener la confiabilidad de los procesos productivos y de calidad.

Por eso, es fundamental contar con empresas acreditadas y con experiencia en calibración de equipos de medición, ya que su trabajo asegura que cada instrumento cumpla con los estándares requeridos y funcione con la máxima precisión posible.


Consejos del especialista

  • Realiza esta verificación cada 3 o 6 meses, según la frecuencia de uso del equipo.
  • Evita fuentes de calor, corrientes de aire o humedad durante la prueba.
  • Si tienes varios termohigrómetros, verifícalos al mismo tiempo y en el mismo ambiente.
  • Si notas desviaciones recurrentes, reduce el intervalo entre verificaciones o solicita revisión técnica.

Realizar una verificación de rutina es un procedimiento sencillo y muy útil para garantizar la estabilidad de las mediciones. Sin embargo, la calibración profesional es la que asegura la precisión real del instrumento y la trazabilidad de los resultados.

Recuerda: verificar es prevenir, pero calibrar es garantizar la exactitud.